Flor, mi hija mayor, tenía 7 añitos cuando Fran nació. Fue la primera, la princesa de la casa, y no solo de mi casa, de la de sus abuelos, tíos y amigos. Todos quieren a Flor porque siempre fue una personita adorable, simpática y hermosa.

Fue la mejor aliada de Fran desde el primer instante, tan capaz de comunicarse con él de todas las formas posibles, sus abrazos tiernos, su vocecita dulce, sus canciones, sus historias, sus juegos. Fue también, el mejor modelo a imitar al crecer. Compartieron tanto, tantas pelis, tantas canciones, tantas historias y cuentos, tantos juegos, bloques, plastilinas, pinturas…

Flor es arquitecta. Llegó al mundo cuando su papá y yo estábamos en la Facultad de Arquitectura. Así que el dibujo, el diseño, la estética, el arte, estuvieron en su vida desde siempre. Tengo cuadros y pinturas de Flor que usa acuarelas, de Fran y mías por toda la casa.

Pero Flor dibuja especialmente. Piensa y dibuja simultáneamente, como un idioma propio. Para ella dibujar es un lenguaje que usó siempre con Fran, durante la facultad y ahora es parte de su trabajo profesional.

Flor siempre se conectó con Fran a través del dibujo, una especie de código entre ellos, mucho más allá de la comunicación verbal… Y el arte es eso, una actividad estética con fines expresivos/comunicativos (plásticos, lingüísticos, corporales, musicales…)

Yo soy Silvia, la mamá de Fran y Flor. Fidel es su papá.  Somos arquitectos, por lo que el dibujo es una herramienta que usamos todos. ¡Somos una familia dibujante!

Fran también dibuja desde chiquito, tengo imágenes de ellos dos en muchos momentos dibujando y pintando, contando películas, y Fran insistiendo en los detalles de los personajes… “Flor, el chaleco rojo de Pepe grillo tiene un solo botón! …” y cosas así.

Luego usamos el dibujo para hacer pictogramas, historias sociales y anticipadores, con imágenes y textos (como herramientas de comunicación aumentativa), durante el jardín y la escuela primaria. Flor con su block de hojas dibujando escenas de las vacaciones, mapas del viaje, y listas gráficas para preparar las mochilas. 

Recuerdo sentarme a dibujar en formato librito la agenda diaria en el lugar de destino, con mi dibujo más duro, en parte por mi formación (técnica), en parte por la angustia, la preocupación…  Los dibujos de Flor siempre fueron más libres, más sueltos, más divertidos… más ingenuos. Llenos del más puro amor de hermana, ¡tratando de compartir el mundo de su hermano!

Durante el colegio Fran perfeccionó su dibujo y aumentó su interés en ciertos personajes de películas, creando primero en su mente y tratando de reproducir después, escenas donde se combinan características de ellos, que resultan en alter egos en su imaginaria escena de la vida, o lo que Fran entiende por ella.  Estas escenas a veces están incompletas, incluso a veces, algún personaje está incompleto… como si todo estuviera por resolverse y nada está del todo definido aún.

Es posible que el paso de Fran por el cole haya sido difícil, tanto más que para nosotros, su familia. Asistió a clases siempre con acompañamiento y todos los apoyos que pudimos ofrecerle, que parecieron suficientes durante la escuela primaria, pero no así en la etapa media. El éxito de esa primera etapa, compensó el esfuerzo y nos motivó a seguir adelante.

En el secundario todo se complicó. Fran adolescente se encontró en un ámbito educativo más hostil que no apoyó la inclusión y su desarrollo y las dificultades para adaptarse no lo hicieron nada fácil.

Y otra vez el dibujo fue seguramente una forma de expresar su frustración… su dificultad para comprender y/o procesar el contexto con los actores sociales incluidos. Tal vez por eso se aferró tanto a algunos personajes y a algunas historias, e inventó tantas más, mezcla de fantasía y realidad, casi siempre inconclusas, como los personajes incompletos, como las personas y sus realidades, en alguna medida, incomprensibles para Fran.