En 2020 y debido a la pandemia, empecé a pintar con Fran. Yo pintaba desde hacía un tiempo con acrílicos, así que empezamos a hacerlo juntos, en paralelo, yo en mi atril, Fran en el suyo.

Fran demanda bastante apoyo. Como en casi todo lo que hace, siempre dice “¿me ayudas?”, aunque pueda hacerlo solo. Así que, de pintar en mi tela (lienzo) unas pinceladas y acudir al de Fran, terminé por llevar mi atril a mi estudio y trabajar exclusivamente con Fran, tratando de encontrar un equilibrio entre colaborar para que prepare los colores o inicie la pintura y dejar que pinte solo.

Tenemos un esquema de trabajo que empieza con decidir lo que va a pintar en el próximo cuadro/proyecto. Fran elige generalmente animales…

Buscamos imágenes en internet o fotos en el celular y él elige cuál quiere pintar. Luego, hace un boceto en papel y lo ayudo a ubicarlo en el espacio de la hoja según el tamaño del lienzo que va a pintar después. Usa carbonilla para dibujarlo en el lienzo, lo voy guiando y dando apoyos cuando se distrae… Me cuesta mucho limitar mi intervención y me cuesta mucho esperarlo… claramente sus tiempos no son los míos. Trato de mantenerlo interesado y enfocado.

A Fran le gusta responder positivamente, cumplir consignas, le importa mucho que le diga que está bien. Y a mí me cuesta decírselo. Soy exigente conmigo, pero también con los demás y tengo un pensamiento bastante parecido al de Fran: veo el detalle antes que lo general. Fran necesita apoyo para mantenerse concentrado. Sus tiempos de atención sostenida son cortos. 

Por eso es tan importante apoyarlo redirigiendo su interés hacia la imagen. Y felicitarlo cuando avanza y va resolviendo las etapas, los pasos, las “capas”. ¡Este recurso, la felicitación, es muy importante! Para Fran es un estímulo y una demostración de confianza. Le da seguridad y fortalece su autoestima.