Flor y yo hablamos todos los días, a veces varias veces al día… y también Fran. Ellos son muy unidos, aun con la distancia… Creo que Flor es su persona favorita, porque ella es genial. Y Fran sabe reconocer a las personas geniales, las que son geniales para él. Me sorprende cómo elige a quién prestar atención y a quién no. A veces me da risa , a veces me angustia y otras me alegra, porque no le presta atención alguna a las personas desconsideradas o insensibles.
Flor siempre dice que una de las cosas que más le gustan de Fran, además de que es lindo, es que es divertido; y es verdad. A Fran le hacen reír ciertas escenas de películas (animadas) y lo que él ve en la realidad como una reproducción de esas escenas, como su correlato con “personajes reales”… Muchas veces dice de una persona o un acontecimiento en la vida cotidiana, “como en la peli de…” y se sonríe, o se ríe…y esa risa es tan hermosa!!!
Cuando Fran era más chico yo no lo veía así. Pensaba que todo lo asociaba a la fantasía y que entendía muy poco la realidad… eso me preocupaba y hasta me asustaba. Ahora creo que es su forma de entenderla y me divierte… ¡y también me emociona!
Con Flor siempre “jugaron” con las películas. Ella tiene una memoria increíble para contar las historias y reproducir los diálogos, por lo cual Fran siempre se fascinó con esa habilidad. “Flor ¡juguemos a contar la peli de Tigger!”… y entonces era todo un show de frases, saltos y risas.
También jugaron a dibujar las pelis o a armar escenografías para ellas, como las carpas con sábanas y las alfombras mágicas de “Aladdin» o el castillo de cartón de “La princesa encantada”. O la nave espacial de Buzz, o la “caja gigante” (para ellos que eran chiquitos) de un lavarropas, convertida en refugio para contar dibujando en las paredes, historias y cuentos.
Flor dibujó, contó historias y cantó canciones (ella toca la guitarra y tiene una voz hermosa) durante toda su infancia y lo sigue haciendo hasta ahora con Fran. Esta forma de comunicarse afianzó tanto su vínculo que ni un año sin verse, ni un océano entre ellos disminuye su afecto y su confianza.
Flor y yo hablamos todos los días, a veces varias veces al día… y también Fran. Ellos son muy unidos, aun con la distancia… Creo que Flor es su persona favorita, porque ella es genial. Y Fran sabe reconocer a las personas geniales, las que son geniales para él. Me sorprende cómo elige a quién prestar atención y a quién no. A veces me da risa , a veces me angustia y otras me alegra, porque no le presta atención alguna a las personas desconsideradas o insensibles.
Flor siempre dice que una de las cosas que más le gustan de Fran, además de que es lindo, es que es divertido; y es verdad. A Fran le hacen reír ciertas escenas de películas (animadas) y lo que él ve en la realidad como una reproducción de esas escenas, como su correlato con “personajes reales”… Muchas veces dice de una persona o un acontecimiento en la vida cotidiana, “como en la peli de…” y se sonríe, o se ríe…y esa risa es tan hermosa!!!
Cuando Fran era más chico yo no lo veía así. Pensaba que todo lo asociaba a la fantasía y que entendía muy poco la realidad… eso me preocupaba y hasta me asustaba. Ahora creo que es su forma de entenderla y me divierte… ¡y también me emociona!
Con Flor siempre “jugaron” con las películas. Ella tiene una memoria increíble para contar las historias y reproducir los diálogos, por lo cual Fran siempre se fascinó con esa habilidad. “Flor ¡juguemos a contar la peli de Tigger!”… y entonces era todo un show de frases, saltos y risas.
También jugaron a dibujar las pelis o a armar escenografías para ellas, como las carpas con sábanas y las alfombras mágicas de “Aladdin» o el castillo de cartón de “La princesa encantada”. O la nave espacial de Buzz, o la “caja gigante” (para ellos que eran chiquitos) de un lavarropas, convertida en refugio para contar dibujando en las paredes, historias y cuentos.
Flor dibujó, contó historias y cantó canciones (ella toca la guitarra y tiene una voz hermosa) durante toda su infancia y lo sigue haciendo hasta ahora con Fran. Esta forma de comunicarse afianzó tanto su vínculo que ni un año sin verse, ni un océano entre ellos disminuye su afecto y su confianza.